Entrenar la resiliencia en la organización ¿es posible?
Resiliencia, la capacidad de una persona para superar circunstancias traumáticas o perturbadoras y adaptarse a los cambios. En el ámbito de la empresa, se aplica a la capacidad de reacción y adaptabilidad ante los dificultades que pueden surgir en la organización, internas o externas.
Ser resiliente no significa olvidar el pasado y continuar como si nada; al contrario, implica analizar los fallos, aprender de los errores y buscar soluciones con determinación para afrontar el futuro desde una posición reforzada.
Los requisitos para que la resiliencia forme parte de la cultura corporativa son:
Anticipación. Es necesario permanecer atentos a los cambios sociales y observar las tendencias de los mercados; no esperar a que los clientes pidan algo para dárselo, sino ofrecérselo antes de que ellos mismos sepan que lo quieren. Además, es preciso simular acontecimientos inesperados y diseñar respuestas ante situaciones adversas,
Agilidad. En entornos cambiantes o situacions de incertidumbre es esencial la necesidad de ser flexibles y saber cambiar de rumbo con rapidez.
Análisis. Mirar al frente, sí, pero también analizar lo que dejamos detrás para aprender de los errores y no repetirlos.
Emociones. Las empresas resilientes están formadas por personas resilientes, que no caen en el pesimismo, que saben trabajar bajo presión, soportar el estrés, vencer el desánimo y ver oportunidades donde otros solo encuentran problemas.
Promover la resiliencia en el equipo
Promover la resiliencia y gestionar el estrés diario, mediante seis puntos esenciales en las relaciones laborales:
- Favorecer el contacto entre empleados de forma no conflictiva.
- Generar políticas comunes.
- Incentivar la buena relación y la cooperación entre los empleados.
- Fomentar el aprendizaje mutuo, generar empatía y apoyo entre los trabajadores.
- Promover la participación de todos en la toma de decisiones.
Los equipos resilientes no nacen, se forjan con estos materiales: Confianza + Buenas relaciones + Creatividad + Implicación en la toma de decisiones.
Cuando se dan estas condiciones, las crisis se convierten en auténticas oportunidades porque, cómo diría el poeta Horacio,
«La adversidad tiene el don de despertar talentos que en la prosperidad hubieran permanecido dormidos«.
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